Según estudios realizados, la mujer embarazada consume entre 4 y 10 drogas distintas durante la gestación, con el resultado de que hoy el feto presenta tanto riesgo por el uso de medicamentos bien intencionados, como por las complicaciones que pueden ocurrir durante el embarazo y/o el trabajo de parto. Los mecanismos de lesión embrio-fetal son múltiples, tales como la acción que pueden producir sobre el material hereditario, las alteraciones del crecimiento de los tejidos, detección o modificación de la morfogénesis normal y destrucción celular. Por su parte, la variabilidad en la expresión del potencial teratogénico de un medicamento depende de factores como: la dosis consumida, período del embarazo en que se administró, la interacción con otros factores ambientales (multiterapia, etc.) y la susceptibilidad individual de la madre y el feto.
Como resulta lógico, cuanto más inmaduro es el producto de la concepción, más sensible resulta a los posibles agentes nocivos. Además del agente en sí, interesa el momento de actuación de la noxa patógena. Según se muestra en el esquema modificado de Moore queda bien establecido el momento de mayor vulnerabilidad para cada órgano o sistema de órganos.
Las barras negras corresponden a los períodos de mayor susceptibilidad, en dependencia del calendario de morfogénesis por períodos del desarrollo y que corresponde a la fase de máxima intensidad en la síntesis de ADN en cada uno de esos órganos o sistemas.
Nótese que durante las dos primeras semanas el efecto producido por cualquier agente dañino es de «Todo o Nada», es decir o se produce la muerte del embrión o su desarrollo prosigue hacia adelnate sin ningún problema.
Cabe agregar, además, que el periodo de mayor susceptibilidad teratogénica (posbilidad de malformaciones) es el comprendido entre la 2da a la 8va semana
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