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Archive for the ‘Patología Mamaria’ Category

El prestigioso oncólogo Dr. Elmer Huerta nos ilustra acerca de la manera de proceder ante los tumores benignos de la mama.

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Las glándulas mamarias están presentes en ambos sexos. En el hombre se mantienen rudimentarias toda la vida, en cambio en la mujer están poco desarrolladas hasta antes de la pubertad, cuando empieza el proceso de maduración. El máximo desarrollo de éstas glándulas se produce durante el embarazo y especialmente en el período posterior al parto, durante la lactancia.

Las mamas están situadas en la parte anterior del tórax y pueden extenderse en medida variable por su cara lateral. Su forma varía según características personales, genéticas y en la misma mujer de acuerdo a la edad y paridad. La mayor parte de la masa de la mama está constituida por tejido glandular y adiposo. Durante el embarazo y la lactancia el tamaño de la mama aumenta debido al crecimiento del tejido glandular.

La base de la glándula mamaria se extiende, en la mayoría de los casos, desde la segunda hasta la sexta costilla, desde el borde externo del esternón hasta la línea axilar media. El área superexterna de cada glándula se extiende hacia la axila y se denomina “prolongación axilar”. La cara profunda de la mama es ligeramente cóncava y se encuentra en relación con el músculo pectoral mayor, el serrato anterior y la parte superior del oblicuo externo del abdomen. La mama está separada de estos músculos por la aponeurosis profunda . Entre ambas hay un tejido areolar laxo denominado espacio retromamario, éste permite que la mama tenga cierta movilidad sobre la aponeurosis profunda que cubre al plano muscular.

Figura 1. Anatomía de la mama

La cara superficial de la mama está cubierta por piel. Aproximadamente en el centro de esta cara se encuentra el pezón que está en relación al cuarto espacio intercostal en la nulípara. La base del pezón está rodeada por una zona de piel hiperpigmentada, de 2.5 cm. denominada areola. El pezón contiene numerosas fibras musculares lisas, en su mayoría de tipo circular, las que se contraen al estimularlo mecánicamente, originando la erección del pezón. La areola posee numerosas glándulas sebáceas, entre ellas es posible reconocer algunas que durante el embarazo y la lactancia determinan levantamientos de la piel de la areola, denominadas glándulas de Montgomery, éstas contiene estructuras histológicas similares a la parte glandular d la mama y producen una secreción grasa que lubrica el pezón y la areola. Bajo la areola se ubican las dilataciones de los conductos galactóforos llamadas senos lactíferos, que acumulan leche y el niño debe exprimir al mamar.

Figura 2. Anatomía de la mama

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LA GLANDULA MAMARIA

La glándula mamaria es de origen ectodérmico y constituye la característica fundamental de los mamíferos, quienes alimentan a sus crías con el producto de su secreción, la leche. En casi todos los mamíferos la vida del recién nacido depende de la capacidad de su madre para amamantarlo, por lo tanto, una lactancia adecuada es esencial para completar el proceso de la reproducción y la supervivencia de la especie. En general la leche de una especie no permite asegurar la supervivencia de las crías de otra especie.

En la mujer, la glándula mamaria se encuentra en la estructura anatómica denominada mama. La histología de la glándula mamaria es prácticamente la misma en todas las especies: un parénquima glandular, compuesto de alveolos y ductos, y un estroma de soporte. Cada célula alveolar se comporta como una unidad de secreción, produciendo leche completa, sintetizando y transportando desde el plasma sanguíneo las proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales, anticuerpos y el agua, que son los principales constituyentes de la leche. El proceso de síntesis y de secreción es similar en todas las especies. La composición química de la leche y la disposición anatómica del sistema de almacenamiento de la leche en la glándula mamaria varía en las diversas especies.

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GALACTORREA

 Aunque es frecuente poder exprimir pequeñas cantidades de fluido de las mamas de mujeres que han parido, la secreción mamaria es siempre anormal en las nulíparas y requiere una evaluación. La salida espontánea de leche es motivo de especial preocupación. Cuando la secreción es lechosa o blanca puede asumirse que contiene elementos lácteos, las secreciones marrones o verdes rara vez contienen componentes normales de la leche. La secreción hemorrágica sugiere malignidad. Aunque se precisa aumento de secreción de prolactina para iniciar la producción láctea, no es imprescindible que persista la elevación en la galactorrea prolongada.

La galactorrea es generalmente el resultado de un fallo de la inhibición hipotalámica fisiológica de la secreción de prolactina (sarcoidosis, craneofaringioma, pinealoma, encefalitis, meningitis, tumores hipotalámicos) o de secreción autónoma de prolactina (adenomas hipofisarios, hipotiroidismo). Del mismo modo, los fármacos (agentes psicotropos, metoclopramida, metildopa, reserpina, antieméticos) pueden facilitar la liberación de prolactina.

Una vez excluidas las causas medicamentosas y el hipotiroidismo, el estudio de la hiperprolactinemia es el de un tumor hipofisario. El tratamiento se dirige a eliminar la fuente del exceso de prolactina, por resección o supresión del tumor hipofisario, eliminación del fármaco desencadenante o corrección del hipotiroidismo. La bromocriptina puede hacer desaparecer la galactorrea incluso en los casos en que los niveles plasmáticos de prolactina son normales.

La lactación normal puede suprimirse por la administración de estrógenos o dietilestilbestrol, que inhiben la producción de leche a nivel mamario, o con bromocriptina, que inhibe la secreción hipofisaria de prolactina.

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